Ego Social

El culto al ego se ha convertido en un problema que va más allá de la ansiedad y la depresión. Vivimos inmersos en la era del éxito social, reflejado en la belleza exterior, la popularidad y el acceso a los signos de riqueza material.

Si analizamos un poco más a profundidad ¿Has notado que incluso tú las utilizas bajo el concepto «Yo»? yo me veo bien en mi perfil, yo me tomo una fotografía en la que me vea bien y me haga ganar más popularidad, yo subo solo aquellas imágenes donde me vea bien, no importan los demás; al igual, demuestro en mis redes sociales que mi familia es perfecta y unida, comparto solo mis gustos (únicamente aquellos que me hagan quedar bien), y así sucesivamente, las redes sociales las utilizamos siempre bajo el yo, mi, mis; nos enfocamos excesivamente a vernos bien siempre. 

Te has preguntado ¿Por qué lo hacen o bien, lo hacemos? En las respuestas encontramos desde lo superficial, números por obtener más «me gusta», para conquistar a alguien, etc., pero la realidad es otra, a través de tus redes sociales tu EGO se está desparramando, pues se quiere siempre ser el centro de todo, que todos giren a nuestro alrededor.

El ser humano es vanidoso por naturaleza, todos lo somos, claro, en diferentes porcentajes, pero ahí está. Además, no está de más que de vez en cuando alimentemos nuestro Ego, siempre y cuando sea de manera controlada; sin embargo, las redes sociales nos hacen vulnerables y es cuando caemos en la necesidad de explotar el Ego.

Si bien, la vanidad tiene cierta importancia en los perfiles de toda red social y en nuestra vida; al igual, es la que promueve que tu Ego se alimente. Que si la vanidad es la causa principal para entrar a nuestras redes sociales a diario y a todo momento, solo tú tienes la respuesta, es una respuesta totalmente individual, pero, si te comparas con lo anterior ya mencionado, es probable que el motivo sea para hacer crecer a tu Ego.

Mantén la perspectiva y recuerda que las redes sociales son una representación selectiva de la vida de las personas y no reflejan necesariamente la realidad en su totalidad. No compares constantemente tu vida con las aparentemente perfectas vidas de los demás.

Recuerda que tu valor no está determinado por la cantidad de «me gustas” o seguidores que tengas en las redes sociales. Enfócate en cultivar relaciones significativas dentro de las plataformas digitales y en desarrollar tu propio crecimiento personal.

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